A veces nos embarcamos en viajes personales que sabemos no funcionarán. Las jornadas son circulares, cada día es un espejo del anterior. Con el tiempo entendemos que necesitamos un cambio y llegamos a la conclusión de que solo nosotros podemos romper la cuerda de todo aquello que nos ata. En algunos viajes somos el lastre, nadie más nos hace caminar en bucle. Pero acostumbramos a culpar a otros. Hay que tener valor para terminar un viaje y empezar a remar en la dirección adecuada, libres.
Kaleidos
Asturias · 2017/18